martes, 3 de agosto de 2010

Reggae rebelde

Espejo de su tiempo, el reggae pasó de difundir un mensaje revolucionario a una escena dominada por la actitud ‘gansta’ e individualista. Trazamos un recorrido de esta evolución y de la encrucijada en que se encuentra actualmente: ¿es posible que el reggae recupere sus raíces?


Lalo Flores / Asociación Cultural Reggae
Lunes 2 de agosto de 2010. Número 131
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El marfileño Tiken Jah Fakoly es uno de los mejores representantes del reggae africano.

Para entender el potencial rebelde que la música reggae tiene aún hoy en la escena europea hay que remontarse a mediados de los años ‘70, cuando la música más universal de Jamaica hizo su aparición en Europa. A pesar de que ya una década antes, en los ‘60, las listas británicas contaban con músicos jamaicanos en los tops –debido a la gran población inmigrante que importó su música–, no fue hasta la popularización de Bob Marley cuando el reggae hizo acto de presencia en el resto del viejo continente.

El mensaje de Marley es, por tanto, el pilar sobre el que el reggae europeo empezó a cimentar su escena y éste no era cualquier mensaje. Letras que hablaban de rebeldía, paz, amor, unidad, lucha antisistema, vida natural. Estas son las claves para entender por qué un mensaje de población negra conectó perfectamente con la población blanca: se encontraron dos mundos que compartían las ganas de cambiar el sistema por algo mejor. Después de todo, el reggae –como otras manifestaciones culturales americanas– es el resultado de una miscelánea entre la música africana trasladada (a la fuerza) por los esclavos y los instrumentos y músicas populares europeas. De estas combinaciones nacieron las músicas modernas y, entre ellas, el reggae marcó la diferencia con un mensaje a veces muy personal, otras totalmente universal.

Este sentimiento rebelde es el que guió en su momento a los jóvenes europeos y fue el que nos atrajo a varias generaciones de españoles desde los años ‘80 (por aquel entonces nacían las primeras bandas, Potato o Jah Macetas) hasta los ‘90. El roots reggae, estilo que popularizó el omnipresente Marley, era la bandera de estas primeras generaciones que encontraban en la música, además del exotismo propio de los ritmos caribeños y de la cultura rasta, valores como la lucha contra la intolerancia (racial, fundamentalmente), contra el sistema (en cuanto aprendimos el verdadero significado de la palabra babylon) y la apuesta por una vida natural, austera, en armonía con el medio y consciente de la importancia de renovar y mantener las tradiciones culturales (aquellas de nuestras raíces que merecieran ser rescatadas).

Y todo ello a pesar de que ya en la isla se había iniciado un giro en los ritmos y en las letras. Quizás todo tiempo pasado parece mejor, pero lo que aquí recogimos durante esas primeras generaciones de amantes de la música jamaicana fue lo que quedó sembrado en los ‘70, tiempo de luchas sociales, de búsqueda de dignidad racial en América, de movimientos antibelicistas, de sueños de algunos tipos de socialismo... En definitiva, de espíritu rebelde, revolucionario. Y es todo esto de lo que bebía la música de Marley y de otros grupos que nos fueron llegando a posteriori y que ponían letra a los sentimientos de ese convulso momento histórico en la América negra. Pero, como toda manifestación popular –y el reggae es, fundamentalmente, la voz del pueblo–, cambió conforme lo hacía la sociedad. Y sabemos la deriva que todo el mundo ha ido tomando desde los ‘90: la concepción neoliberal ha potenciado el exacerbado individualismo, el consumismo como nuevo dios, la vida digital. Todo esto, poco a poco y sin apenas percibirlo, se fue introduciendo en la música reggae de Jamaica y, por tanto, en el resto del universo reggae. Un mensaje que fue calando en las nuevas generaciones y transformando a las viejas.

Así el reggae roots, de raíz, orgánico, dio paso a la era digital, al nacimiento del dancehall reggae. Y no sólo se notó en las producciones, sino que repercutió en el discurso. La situación inicial de un joven país como Jamaica, que tenía todo por delante (se independizó en 1962), se dio de bruces contra el neocolonialismo británico y estadounidense, sufrió las políticas de ajuste estructural del FMI y vio de nuevo truncadas sus aspiraciones, potenciando la ya de por sí violenta historia de la isla.

El resultado es conocido: más pobreza, nuevas formas de bandas armadas (los famosos yardies jamaicanos), aumento del consumo de drogas sintéticas y el recrudecimiento de los peores sentimientos: el machismo, la homofobia, el sexismo, la violencia. Quizás como síntomas sociales, como una forma de exteriorizar tanta presión social. Todo esto es lo que ahora nos llega en forma de música a los jóvenes, y ya no tan jóvenes, europeos, que, sometidos a la misma visión homogeneizadora del mundo, aceptamos el mensaje, porque también son universales los sentimientos del odio al diferente, la violencia como respuesta al ataque del sistema. Donde antes predominaba el sentimiento revolucionario, ahora domina el gansta urbano.

El reto del futuro es conseguir impregnar a las nuevas generaciones del mensaje rebelde inicial, retomar el pulso revolucionario de los ‘70, es decir, lo mismo que el movimiento altermundista pretende para la sociedad: otros mundos mejores posibles. Y también, como en la vida real, es posible que sea más fácil de lo que parece, ya que el propio sistema se encuentra en un proceso de autodestrucción del que no sabemos quién saldrá ileso. “Toda pequeña acción tiene una reacción”, cantaba Marley. Quizás pronto nazca otro movimiento que, hastiado de lo efímero de sus letras, rastree de nuevo en las raíces para encontrar lo realmente importante: el amor, y lo haga aflorar de nuevo a la superficie.

Acusaciones de homofobia

I.G.R.

Los mensajes de paz, porros y amor han dejado paso a un discurso violento y machista en un país, Jamaica, en el que la sodomía es delito y varios activistas por los derechos de las personas homosexuales han sido asesinados. Las letras de estrellas del dancehall como Buju Banton, Beenie Man o Sizzla parecen una penosa competición por ver quién es más bestia y machista; el primero incluso fue acusado de participar en una agresión homófoba. Paradójicamente, las canciones de contenido homófobo (cuyo machismo exagerado y constantes improperios contra los gays nos hacen sospechar que ocultan una secreta fascinación homoerótica) están dejando de interpretarse no por una toma de conciencia de los grupos, sino por una más prosaica preocupación por el bolsillo. La presión de los grupos de derechos de gays y lesbianas está empezando a surtir efecto, provocando cancelaciones de conciertos y que muchos promotores se nieguen a contratar a determinados cantantes.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Reggae-rebelde.html

miércoles, 5 de mayo de 2010

El origen del mundo

Día de los Trabajadores del Mundo
Eduardo Galeano
'Si creéis que ahorcándonos podéis acabar con el movimiento obrero...
el movimiento del cual los millones de oprimidos, los millones
que trabajan en la miseria y la necesidad esperan su salvación,
si ésta es vuestra opinión, ¡entonces ahórquennos!
Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá, detrás de vosotros,
frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán.
Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar'.
August Spies (ejecutado en Chicago el 11 de noviembre de 1887)
Hacía pocos años que había terminado la guerra de España y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República. Uno de los vencidos, un obrero anarquista, recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros o le daban la espalda. Con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa Beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo.
Mucho tiempo después, Joseph Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó. Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio. Me lo conto: él era un niño desesperado que quería salvar a su padre de la condenación eterna, y el muy ateo, muy tozudo, no entendía razones.
- Pero papá -le dijo Joseph, llorando-. Si dios no existe ¿quién hizo el mundo?
- Tonto -dijo el obrero cabizbajo, casi en secreto- Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles.

jueves, 29 de abril de 2010

“Arguedas me dijo: Conserva, no quites ni agregues nada”


Perú 21

Sociedad | Mar. 27 abr '10

La Gala Andina reunirá a Julia Illanes, a Los Campesinos, a Manuelcha Prado y a Jaime Guardia, el excepcional músico pausino a quien Arguedas le dedicó Todas las sangres. Fecha: 5 de mayo. Lugar: Colegio Santa Úrsula. Entradas: Teleticket. Conversamos con el maestro Guardia.

Autor: Gonzalo Pajares C.

"Comencé a tocar el charango en 1944, mirando a mis amigos. Antes, los papás no querían que uno fuese músico, por su fama de bandidos, mataperros, y no nos dejaban acercarnos a ellos”. Jaime Guardia, el maestro total del charango en el país, nos habla de su primer encuentro con su instrumento esencial.

¿Y es cierto que son mataperros?
Eso dicen (risas). Yo soy tranquilo, de vez en cuando me he pegado a la bohemia, pero no mucho. Ah, pero la bohemia me sirvió de experiencia, allí es donde se aprende.

¿Por qué el charango?
Bueno, comencé con una quena y, luego, la guitarra. Seguí con el charango, pero me gustó porque, en mi pueblo, este instrumento lo tocan más los niños. Yo tocaba los tres instrumentos, pero me quedé con el charango porque es un instrumento más pequeño, manuable y de sonido muy tierno, dulce, de mucha sonoridad.

¿Quién le regaló su primer charango?
Yo no tenía, se lo gorreaba a los amigos. Así conseguí el mío: mi mamá estaba en Lima y me envió una encomienda, y allí había una pelotita de tenis. Yo la escondí pues a mi abuela no le gustaba que yo jugara. Escondí la pelotita y se la ofrecí a un primo que tenía un charango. “Te cambio mi pelota por tu charango”, le dije, y aceptó. Estaba feliz.

Le gusta el charango por su ternura y dulzura. ¿Usted es así?
Bueno, soy tranquilo y me gusta la música. Cantaba en las jaranas de mi casa, me pegaba a los músicos. Recuerdo que tenía cuatro años y me subían a una silla para que cantara. Allí aprendí canciones de las que no me olvido hasta ahora. Estos son los temas, tradiciones que trato de rescatar y difundir ahora. Por eso es que la mayor parte de mi repertorio es de aquella época.

¿Su voz es un instrumento que también necesita expresarse?
Sí, esa es la razón por la que casi nunca he cantado con grupos; siempre solo con mi charango o mi conjunto. Mi voz es un instrumento más.

Dice que su trabajo es de recopilación. ¿A su pueblo le gusta cantar más en la alegría o en la tristeza?
La música de mi zona es muy sentimental. Los huainos tienen tres motivaciones: la ausencia, el amor y la muerte. También hay tres elementos fundamentales en el huaino: tiene música, poesía y danza. El yaraví es triste, pero no es bailable. Claro, también hay huainos alegres, jocosos, con letras satíricas. Pero, ojo, con el huaino triste también el pueblo baila, canta y llora al mismo tiempo.

¿Por qué es capaz de bailar sus tristezas?
Porque es la expresión de su alma, del alma indígena.

Uno tiende a pensar que el andino es un hombre triste…
No es así. Solo que, a través del huaino sentimental, desfoga todo lo que tiene adentro. Le doy contraejemplos: en Huamanga hay huainos satíricos, divertidos… hasta cuando hablan, los huamanguinos parece que nos contaran un chiste. Hay, en cambio, otros pueblos más poéticos. Puquio es alegre; Parinacochas, sentimental y nostálgico.

¿Le enseñó algunos huainitos a Arguedas o al revés?
Ambos aprendimos uno del otro. Arguedas cantaba muy bonito. Él vivió en el campo; de ahí su sensibilidad. Yo lo conocí en el coliseo Lima. Había ido a verme. Era un hombre blanco. Se me acercó emocionado y me abrazó. Me preguntó de dónde era. Se hizo mi amigo, me dio su confianza y me impulsó a mantener mis características musicales: “Conserva, no quites ni agregues nada, sigue así”, me dijo. Después agregó: “Hay que cuidarse de los empresarios, de los comerciantes. Esos son los diablos que malogran nuestra música. A ellos solo les interesa el dinero. Sigue así y serás grande”. Y yo seguí, hasta ahora, sus consejos.

¿Cómo lo llamaba usted?
'Doctor’, siempre con respeto. Él me decía: “No me digas doctor, somos amigos, me da vergüenza que me llames así”. Pero yo no podía.

Le dedicó Todas las sangres…
Me dijo: “Esto lo he hecho con todo el cariño y con mucho sentimiento, porque tú te lo mereces”.

viernes, 26 de marzo de 2010

IDENTIDAD


SER O NO SER

El valor de reconocerse a sí mismo

El principal reto de la juventud es superar la cultura alienante

Si te preguntan quién eres, tal vez no sepas responder correctamente. Podrías responder por ejemplo: “Soy un estudiante aplicado, hijo de Mathias, maestro de obras, natural de Cajamarca. Soy pobre, pero sé quechua y un poco de inglés y tengo un gran corazón, soy además un volcán de ilusiones, etc.".

Si realmente reconocemos lo que somos, es decir, los rasgos positivos, deficiencias y limitaciones que nos acompañan, tal vez podamos decir que lo sabemos. De lo contrario, si respondemos asumiendo características que no tenemos, se puede afirmar que nuestra identidad es ajena.

Hace un tiempo conocí a un estudiante que me dijo: “Yo soy Michael Jackson". Vi que se vestía como el cantante, tenía semejante peinado y gestos. Caí en la cuenta de que realmente se identificaba con el personaje.

Pero lo más lamentable y contradictorio de la situación es que el alumno no se daba cuenta que el cantante no se reconoce negro y quiere ser blanco.

Me dejó perplejo. Yo no sé cuál de los dos era peor.

Todo joven, cuando despierta al mundo infinito del razonamiento humano, a la previsión del futuro y al constatar las posibilidades que le ofrecen sus energías, desea algo verdaderamente grandioso. Son pocos los que no aspiran alcanzar la gloria. Pocos son los que se derrotan a sí mismos. Conocida es la frase de un poeta latino: "El joven sin ambiciones es ya un muerto en vida"

Los proyectos de vida para un joven surgen de un abanico de posibilidades que el transcurrir de los años se encargará de cerrar, positiva o negativamente.

Si las frustraciones, fracasos o los errores predominan, se tratará de un cierre negativo. Pero, si son las decisiones inteligentes y la capacidad de sacrificio las que dominan, el abanico cerrará con gran satisfacción.

Aprovechando la desorientación de la juventud, los grandes productores de artículos de moda ofrecen modelos de identidad prefabricados: héroes de pantalla, cantantes, deportistas o vedettes, que llenan escaparates con sus “souveniers” encandilando al despistado consumidor adolescente.

Lo 'moderno' y la imitación atrapa a muchos jóvenes que se identifican con el atuendo por la imagen de algún artista o héroe de moda. Así se enajenan.

Pero la fatua alegría que proporcionan estos productos no los prepara para responde con certidumbre a una sencilla pregunta: ‘¿Quién eres?’ Buscar una respuesta, seguramente los pondría en serios apuros.

La identidad es mucho más que lo superfluo de nuestra cultura: es garantía de realización, pues sólo el que conoce bien el terreno puede desplazarse con seguridad sobre él. Quien conoce las cualidades de un material lo puede usar con maestría y moldearlo a su voluntad.

Así, el que se conoce verdaderamente, el que es conciente de lo que sabe, el que no ignora sus posibilidades económicas, su pertenencia a una comunidad, a una clase social, quien reconoce los valores que ha heredado; sólo aquel, está preparado para recorrer con éxito el camino de la vida, manejar las situaciones, sacar el provecho a sus potencialidades y trazar una estrategia de triunfo para sí y para los demás.

En eso se diferencia el que tiene sentido de identidad y el dependiente, el inseguro.

El problema de identidad abarca muchos campos: identidad sexual, cultural, social, política, profesional, moral, etc.

Los jóvenes deben interesarse por su identidad, porque ésa es la clave para ser adulto y sólo los que se encuentran a sí mismos son los que ganan la batalla de la vida.

La virtud propia de la juventud es la autenticidad y la sencillez. Los jóvenes perdonan y toleran muchas cosas, pero no la falsedad, la hipocresía, la fanfarronería.

Por eso han inventado una jerga específica para referirse a lo enajenado: ‘bamba’, ‘trafa’, etc.; así como sus giros y combinaciones: ingeniero trafa (estafador), profesor 'chamullero' (mentiroso), joven 'florero' (engatusador), médico 'fintoso' (pomposo), etc.

Ser uno mismo es ofrecer a los demás la garantía plena de nuestra persona y tener la valentía de enrostrar nuestras deficiencias, lo que implica corregirse y superarse. Ser uno mismo es el grado máximo de madurez. Los que se avergüenzan de su familia, de sus costumbres, de su aspecto o de su pobreza, son alienados (en latín alienus: ajeno ), o ajenos a sí mismos.

Después de leer esta diserción, puedes responder ¿quién eres tú?

Prof. Mario Portocarrero Q.

El arte y el contexto social

Oleo de la familia Portuguez-Palacios

El arte es una de las formas de conciencia social. A diferencia de la ciencia, el arte ofrece un conocimiento, una reproducción de la realidad, de la vida social, de existencia de las costumbres de los hombres, no a través de conceptos sino por medio de imágenes artísticas.

El arte es un producto de las condiciones de vida material de la sociedad. En medio de la lucha que lleva a cabo el pueblo, las contradicciones se agudizan y la sociedad de consumo entra irremediablemente en proceso de desarticulación. Lo muestra su crisis en sus concepciones sociales, políticas, filosóficas y artísticas. Lo obsoleto, conservador y caduco no presenta renovación, más aún se ahogan en añorar el pasado colonial y semicolonial, de ahí que busque difundir sus manifestaciones artísticas de la época virreynal.

La época actual (globalización o imperialismo), que representa el desplome del capitalismo y la arremetida de los sectores más conservadores a todo aquello que signifique “popular” dado el declive, la decadencia y la descomposición del arte burgués. Siendo éste, el portavoz de los sectores privilegiados, que se proponen negar a los trabajadores la voluntad de lucha contra el capitalismo, desmoralizarlos y apartarlos de las tareas históricas y apremiantes que el momento demanda. La propaganda de las ideas conservadoras, antidemocráticas y anticientíficas y de toda clase de superstición, el desprecio al hombre y a la vida, el empeño por presentar a la existencia como obra del azar y por azuzar los instintos zoológicos del hombre, el individualismo: he ahí el contenido del arte burgués contemporáneo, un arte degradado y en descomposición.

El desarrollo del movimiento popular y en su seno la clase trabajadora viene desenvolviendo un papel fundamental a través de creaciones populares en todos los planos: música, canto, danza, teatro, poesía, pintura, etc. Decae el arte de élite y surge un arte contestatario y colectivo. En este proceso de desarrollo y surgimiento de un hombre más identificado con su cultura popular va naciendo también un arte nuevo que difunde cantos de esperanza por un futuro mejor.

El arte nuevo se halla enraizado en la creación artística popular y extrae de la entraña de ésta sus modelos, su inspiración, los motivos musicales de las canciones. Expresa idiosincrasia, la concepción del mundo, las ideas, aspiraciones, los sentimientos, las esperanzas y los anhelos del pueblo en contra de la opresión social y la explotación. Plasma alegría del amor, el dolor inconsolable de una madre, el sentimiento de compañerismo, la lucha contra la injusticia, la maldad y la perfidia, el heroísmo, la audacia, la intrepidez, la denuncia de la cobardía y la traición.

El aporte de la clase obrera a la cultura popular es invalorable y determinante, ya que es la clase trabajadora que ha ido creando esta cultura en contraposición a la cultura de las clases dominantes en nuestro país así como a nivel mundial.

articulo: enviado a mail del forjemos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Manuel Acosta Ojeda, un rebelde de 80 años

RPP

Marzo 1, 2010 |

mao

Cumple 80 años y lo celebra este 12 de marzo en el auditorio de la Derrama Magisterial



Los que piensan en voz alta, suelen incomodar lo establecido y son calificados de rebeldes. Contradictoriamente, el cliché de contestarlo siempre está ligado a la juventud. Nada más alejado de la realidad, porque el verdadero rebelde, traspasa las fronteras de la edad y los espacios donde se desenvuelva. Mientras las ideas fluyan de manera distinta y no se tenga miedo a las palabras, habrá un rebelde. Don Manuel Acosta Ojeda lo sigue siendo a sus 80 años.

Por: Soledad Nalvarte
“Cuando uno tiene los valores bien cimentados, pasa inadvertida la osteoporosis de ideas, que hacen tambalear principios”, nos dice el compositor de “Madre”, uno de los más bellos temas de la música peruana. Don Manuel Acosta Ojeda, es fiel a ellos y se rebela a componer temas que no tenga los requisitos mínimos de una composición.
Vino a nuestro programa en una silla de ruedas, más delgado de físico, pero con la vitalidad que le otorga su rebeldía próxima a cumplir 80 años.

Habló de muchas cosas, pero una vez más, el tema obligado fue el contexto en que escribiera “Madre”. Lo recordó con la misma emoción de la primera vez que lo escuchó en la voz de Los Chamas, hace casi 60 años; con la nostalgia de haberlo escrito en un papel de cigarro nacional, cuyo olor podía ser percibido a cuadras a la distancia; un día de la madre, cuando vio que todos los jóvenes de su edad llevaban regalos y él sólo tenía la inspiración a flor de piel. Don Manuel estaba muy lejos de imaginar que aquellas letras se convertirían en un himno para los hijos a la autora de sus días.
Los autores nunca son exactos para ubicar las dedicatorias, pero sus composiciones resultan ser el analgésico perfecto para desahogar las nostalgias; quizá por ello diversas generaciones siguen cantando “Cariño”, “Ya se muere la tarde”; “Si tu me quisieras” o “Puedes irte”, cuando uno las escucha no puede evitar compararlas con otras de su género y entender la diferencia entre música popular y música popularizada. La primera recurre al arte, la otra mediocridad o estupidez colectiva. “Ahora es más fácil moverse que enternecerse”.

Nuestro autor, llega a las ocho décadas, rebelándose contra el sistema que obliga a muchos compositores a sobrevivir con su arte o a vivir holgadamente convirtiéndose en mercenario de él. En un país donde la cultura de la mediocridad es reconocida y premiada, es doblemente difícil nadar contra la corriente, pero “Si se calla el cantor, calla la vida”, y Dios mediante, don Manuel seguirá pensando en voz alta por mucho tiempo más.
Este 12 de marzo, desde las 7 de la noche, nuestro compositor estará celebrando 80 años de vida en el auditorio de la Derrama Magisterial. Lo acompañan Jaime Guardia, Carlos Hayre, Bartola, Dúo Patria, Peña Don Porfirio, Evocación Criolla y Los Cholos.

Dia de la Mujer trabajadora en el agustino

domingo, 24 de enero de 2010

Folklore o cultura popular

(Óleo de Bruno Portuguez)

Por: Odón Aldoradín

Antes de citar algunos alcances, referentes al folklore o cultura popular, creemos necesario plantear a cada uno de nosotros (artistas, estudiosos y lectores) la necesidad de poder debatir o delinear en forma conjunta los diferentes, conceptos que se asignan a cada terminología en cuestión, debate que sin duda, nos llevará a lograr una mejor orientación o a su correcta denominación, Generalmente entendemos por FOLKLORE todo lo relativo a la música andina o serrana, y tipificamos de "folklórico" a lo ridículo; lo tosco, deslucido en la conducta, el lenguaje y hasta la forma de vestir de nuestros compatriotas.

La palabra FOLKLORE lo inventó hace más de 120 años el profesor inglés WILLIAMS THOMS quien se dedicaba a estudiar las antigüedades de los pueblos, formó la palabra uniendo los vocablos: FOLK (pueblo) y LORE (saber), La nueva palabra fue empleada por Sr. Thoms para nombrar una nueva ciencia que "estudiaría el saber tradicional de las clases populares de las naciones civilizadas", Conviene que se recuerde bien y, se tenga en cuenta que el autor de tal palabra afirmaba con precisión que el FOLKLORE estudiaría únicamente el "saber tradicional" de las CLASES POPULARES, o sea, lo que se ha aprendido por trasmisión oral y que ha venido de generación en generación.

La evolución de los métodos de estudio del FOLKLORE han hecho posible el análisis del saber tradiciona1 de los pueblos primitivos, especialmente en el estudio de los mitos, leyendas, cuentos, canciones y danzas.

Hasta la definición que le dá William Thoms "FOLKLORE, saber tradicional de las CLASES POPULARES en las naciones civilizadas", las cosas están claras. La existencia, diferenciación y lucha de las clases sociales han venido desde los primeros albores de la humanidad. Siempre han existido el pobre y el rico, el débil y el fuerte, el oprimido y el opresor, el explotado y el explotador. Por esta razón, una nación civilizada, como se denominaba en esos tiempos a Inglaterra, Holanda, Francia, etc.; y lo fueron también los Incas, Aztecas, Mayas, estaban divididos en clases. El pueblo, como siempre, ocupando el último escalón de la pirámide social-política-económica. ¿Y, el saber de estas naciones civilizadas, como se llamaba? se llamaba CULTURA (saber de la gente, docta, ilustrada; etc). De esta manera sus teóricos, ideólogos de estas "naciones civilizadas" justificaron que CULTURA era patrimonio de las clases dominantes, e inventaron el termino FOLKLORE para el pueblo. NADA MÁS FALSO. Ambas clases sociales son "poseedores de una categoría CULTURAL, claro esta, al pueblo le corresponde una CULTURA POPULAR que representa sus intereses y CULTURA DOMINANTE (a la clase explotadora o dominante). Decimos dominante, por que esta clase social basa su poder en el aspecto económico, de allí "que tratan de imponernos condiciones de vida ajenos a nuestra realidad, nos trasmiten valores culturales, espirituales, morales que en definitiva solo responde a sus intereses de clase.

¿Qué es cultura popular? Es el conjunto de valores que emanan o vienen del pueblo en contraposición con la cultura burguesa o dominante. De la cultura popular se derivan los denominados CULTURA ANDINA y ARTE POPULAR.

Cultura Andina es aquella que esta enmarcada en un área geográfica histórica social que se alimenta de los valores espirituales y materiales de los pueblos que lo constituyen.

Arte Popular, es un legado cultural ancestral con raíces milenarias y con personalidad propia y autóctona, por que expresan los motivos externos (alegría, amor, tristeza, religión, apego a la tierra, fiestas, comidas, escenas de la vida cotidiana, historias y leyendas). Referimos que hablar del arte popular, es hablar de la historia humana, es encontrar creación espontánea del pueblo reflejada mayormente en la música y en las danzas. Debido a su espontaneidad ya la constante agresión de parte de las clases dominantes refleja elementos negativos y hasta podría decirse "reaccionarios" tales como el machismo, el adulterio, el conformismo, la burla, lo erótico lo morboso entre otros.

El Arte Popular como parte de la superestructura de la sociedad cumple un papel muy importante en nuestro país debido a la inclinación masiva de nuestro pueblo a la actividad artística, ligada a diferentes aspectos de su vida cotidiana. El arte debe ser testimonio del momento actual en que vivimos, pero eso; no es suficiente para hablar de arte nuevo o de una NUEVA CANCION. Solamente habrá una nueva canción cuando se logre una nueva sociedad, por lo tanto, toda corriente artística con afanes de formar un movimiento o "nueva canción", los llamados "latinoamericanos" juegan un papel contrario a los intereses del pueblo, al querer la internacionalización del arte, con el pretexto de hacer música de la patria grande, logrando desvirtuar y deformar el arte propio de cada pueblo latinoamericano.